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martes, 9 de febrero de 2016

Pretty Little Liars es más adictiva que la heroina


Voy a hablar de los estragos que ha producido Pretty Little Liars en la vida de mucha gente. Si no la llevas al día ni huelas esta chorrada de opinión porque habrá SPOILERS seguros.
Como empezaría Sophie Petrillo: Picture it, ABC Family...Summer 2010. Pretty Little Liars entraría en nuestras vidas para no irse posiblemente jamás (aunque se haya dicho que la septima temporada sería la última hay rumores que dicen que la serie podría continuar más alla de la septima). Basada en los libros de Sarah Shepard la serie hablaba de 5 super amigas llamadas Alison, Aria, Hannah, Emily y Spencer. Tras una noche donde hacen un botellón (más bien botellín porque solo había una botella) y hablan de sus cosas, Alison desaparece misteriosamente mientrás las demás se habían quedado dormidas menos Spencer que dijo que salió a buscarla (luego nos enteramos que era para aplastarle el craneo con una pala por culpa de las pastillas, long story). Pasa un año, Aria vuelve de Islandia y se encuentra con que cada una ha ido por su lado. El cadaver de Alison es encontrado, empiezan a recibir mensajes misteriosos de un tal A, aparece una ciega escalofriante y digamos que ese puede ser un buen resumen caótico del primer capitulo.
Poco podía imaginarse la ABC Family que estaría ante su mayor exito hasta la fecha, un exito a nivel mundial que se ha convertido en su serie más longeva hasta la fecha.
¿Como puede ser esto? ¿Como puede ser que después de tantas vueltas, exprimir tramas hasta la extenuación e introducir revelaciones inesperadas con calzador? Más de seis años y la formula sigue funcionando (no tan bien como al principio, todo hay que decirlo).
Puede ser porque a pesar de querer ser seria también ha sabido ser muy mamarracha y dar al espectador la emoción suficiente para no abandonarla nunca. Que si había alguién enganchada a las pastillas, que si desaparecía un cadaver, que si había chaquetas rojas por todos lados. Los personajes también son un factor clave, lejos de ser insoportables acabas queriendo a las chicas, incluso a Emily, que a la pobre la hacen sufrir más que a Jesucristo con la cruz y la corona de espinas. Y si me pongo a hablar de los secundarios este post me sale más largo que Guerra y paz. Y no es coña. Entre Jenna, una ciega espeluznante con sonrisa macabra y un pelazo de la leche, los padres de Spencer que son igual de afectuosos que Voldemort, Mona que tiene la inteligencia de Dustin Hoffman en Ray Man y la locura de Tom Cruise en la vida real, vamos, que si me pongo no acabo.
Y los megavillanos, Mona fue la primera A, CeCe (Charles Charlotte) la segunda A y ahora tenemos nuevo villano super aterrador que presumiblemente ha matado a CeCe. Y no nos olvidemos a Shana que también quería matarlas a todas por lo que le hicieron a Jenna. (Ella sería la A 1'5). Aunque curiosamente Alison es la mayor villana de toda la serie porque era una cabronaza arrogante que disfrutaba haciendo bullying y ahora va de santa.
Y aunque Pretty Little Liars también es un culebrón no hay que olvidar que también tiene su parte de ciencia ficción. En determinadas ocasiones esta serie ha desafiado el espacio tiempo (dos años se convierten en cinco mágicamente) , ha cambiado misteriosamente a algunos personajes (los padres y el hermano de Alison cambiaron de la primera a la segunda tamporada) y de vez en cuando se han olvidado de algunas tramas o no nos han aclarado algunas cosas lo suficiente. Además de que en la comisaria de Rosewood podemos encontrar a algunos de los peores policias de la historia, aunque bueno, Toby se fue tres capitulos y volvio convertido en un super policia. Y ahora tras el salto temporal, Alison es profesora, a pesar de que cinco años atras no tenía terminada ni la ESO. Una serie que se salta las reglas de la lógica tan alegremente tiene que ser fascinante a la fuerza.
Una vez que has empezado a ver esta serie no hay vuelta atras. Sigo adorandola y la llevo al día irremediablemente porque es más adictiva que la heroina. No hay nada como una buena racion de esta serie para hacerte sentir bien. Aunque es mejor ir admitiendo que ninguna futura temporada va a ser tan buena como la segunda temporada, en la que cada capitulo había algo que te dejaba con la boca abierta y al borde del microinfarto.
Larga vida a Pretty Little Liars. Abrazad su mamarrachismo.

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